Mucho se ha dicho sobre recomendaciones sobre el home office o teletrabajo, desde hacerte un sitio adecuado de trabajo, trazar objetivos,
evitar distracciones, cumplir horario, todo sin duda importante para comenzar a trabajar desde casa, sin embargo, hasta ahora no se ha
dicho el elemento crucial para lograrlo que es la rentabilidad de hacerlo.
El home office es una cultura de trabajo, su enfoque debe ser modificado por objetivos y no por un salario fijo, desde la empresa la
visión para implantar la nueva realidad en época de pandemia es cambiar los esquemas de asignación, delegación, supervisión,
remuneración y cumplimiento, emular los procesos hasta ahora se hacían en una oficina y trazar subprocesos por objetivos que cumplan
la misma función o mejor aún optimizar las respuestas.
Entonces la forma de que funcione el home office parte desde la organización en cuanto a definir los siguientes aspectos:
DOTACIÓN: El empleado se le debe dotar de los elementos para el cumplimiento de sus objetivos, en cuanto a cubrir la cuota parte
de servicios correspondientes al desarrollo pleno del trabajo a distancia, esto es servicio de internet, servicio de telefonía,
licencias de aplicaciones y software de herramientas de gestión, así como la dotación de material de oficina para el desarrollo de sus funciones.
TRABAJO POR OBJETIVOS: Los cargos como clásicamente se venían asignando en una organización hoy deben ser redefinidos por función, objetivos,
actividades y tareas, cada una cuantificada con tiempos específicos, cumplimientos diarios, calidad en la entrega, verificación de cliente
satisfecho, estadística de objetivos, entre otros esquemas que permitan realizar una estimación para la remuneración acordada
(clave para efectividad del home office).
ASIGNACIÓN DE OBJETIVOS: Los objetivos deben ser claros y bien definidos, no puede existir vacíos para interpretación incorrecta,
debe haber un cronograma de cumplimiento y especialmente en los primeros días de prueba una medición del tiempo de entrega,
recordar que la eficiencia depende de la adaptación del talento a la nueva cultura de trabajo, gradualmente mejorar
los tiempos y la calidad en el trabajo.
COMUNICACIÓN FLUIDA: La nueva realidad exige canales de comunicación efectivos, para ello el establecimiento de un horario de comunicación
es importante, no se puede dejar al libre albedrío las horas de conexión, si bien no es factible que el trabajador conteste una
llamada en alta horas de la noche, tampoco es viable que el trabajador se desconecte todo un día y no responda, por lo que el
establecimiento de un horario debe ser establecido por la organización y no por el trabajador, ésta norma garantiza cumplimiento,
respeto, no extralimitar horarios y darle cabida al concepto de caso urgente.
INDICADORES: La organización debe comenzar a construir indicadores a partir del home office, estos nos permitirán tener una visión
del rendimiento del empleado, de ésta manera se hacen eficiente los procesos y que la organización pueda evaluar si se está haciendo
el trabajo o no.
Ahora, lo que el empleado pueda hacer para mejorar su rutina son las recomendaciones clásicas sobre horario, evitar distracciones,
ser disciplinado, hacer tu ambiente de trabajo, etc; sin embargo, el elemento clave para que funcione es: quién trabaja más gana más.
Por: Lic.Christian Isaac Díaz